Por: POR MARY COUTO / FOTOS: JOSÉ (TITO) MERIÑO
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La popular Fiesta del Tambor, que se celebra en Cuba desde hace dos décadas, además de constituir un fiel exponente de la percusión, también ofrece un importante espacio para la danza, fundamentalmente en los géneros de casino y rumba.
Esas manifestaciones danzarias, entre las más gustadas en la isla caribeña, reflejan la idiosincrasia alegre del cubano, de ahí que formen parte fundamental de los concursos de este festival y agrupe cada año a numerosos bailadores de todas las edades, tanto nacionales como extranjeros.
El casino es un baile de salón surgido en La Habana a finales de la década de 1950 como una forma de diversión por parejas. Con el tiempo fue evolucionando hasta llegar a ser una expresión danzaria colectiva mediante la interacción de varias parejas, conocida como rueda de casino.
La rumba, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el 2016 por la Unesco, se originó en Cuba durante el siglo XIX y sus raíces son africanas. Este género es considerado la madre de muchos ritmos y bailes latinos, como es el caso de la salsa.
Por la trascendencia de esos ritmos, en el programa de la Fiesta del Tambor se incluyen los concursos de bailes con un jurado de lujo: Jennyselt Lázara Gálata Calvo, Johannes García y Domingo Pau, grandes exponentes de la danza en la mayor de las Antillas.
Para Jennyselt Lázara Gálata Calvo, actualmente miembro de la empresa Antonio María Romeu como bailarina solista independiente, ser miembro del jurado de los concursos danzarios de ese importante encuentro constituye un gran honor, pues refleja el reconocimiento de su trayectoria en el mundo de la danza.
laquo;Para mí este trabajo es de vital importancia para el desarrollo de la danza y el folklore en general de mi país, pues le brinda la oportunidad a los aficionados, desde temprana edad y hasta adultos, de expresar, mediante el baile, su motivación por estas manifestaciones», dijo a esta revista.
En su opinión, la Fiesta del Tambor engalana las tradiciones, tanto musicales como danzarias del folklore cubano y, añadió: «Es meritorio resaltar que gracias a Gerardo Piloto la rumba, que ya es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, tiene un lugar para que niños y adultos puedan expresarla y aprenderla gracias a la incorporación de los talleres que hace dos años se realizan».
Johannes García, primer bailarín del Conjunto Folklórico Nacional y fundador de la compañía de Danzas Tradicionales de Cuba, considera de gran importancia su trabajo como jurado en este encuentro, porque la Fiesta del Tambor «trata la esencia de los bailes folklóricos que se realizan con ese instrumento y contribuye a preservar la danza folklórica, la danza popular que en Cuba es muy diversa».
Este evento, consideró, es muy relevante, partiendo de la diversidad que ha proporcionado el tambor a todos los ritmos cubanos y porque trata de exponer todos aquellos que hoy disfrutamos en el mundo. El prestigio alcanzado por este festival se refleja en la amplia participación de músicos de numerosos países, por ello es importante que se logre un mayor apoyo para potenciarlo.
Con una vida consagrada al folklore afrocubano (56 años), Domingo Pau, otro de los miembros del prestigioso jurado de la Fiesta del Tambor en los concursos de danza, opinó que ese evento es sumamente importante, ya que ha permitido la participación no solo de los estudiantes de percusión de las diferentes escuelas, sino también la presencia de jóvenes sin formación académica, lo que demuestra que «la percusión en el país tiene su relevo asegurado».
Otro de los aspectos destacados por el profesor Pau es que este encuentro «permite mostrar las tradiciones populares de nuestro pueblo en cuanto a la rumba se refiere y, evidencia, que el esfuerzo de aquellos hombres y mujeres que han sabido mantenerla hasta nuestros días se han ganado el derecho de su patrimonio con la certeza de que nuestra juventud no dejará que muera».